Los retos del nearshoring para el próximo presidente de México
El entorno político de México es una variable que los inversionistas consideran para tomar una decisión, pero no es la única.
En plena efervescencia electoral, las inversiones derivadas del nearshoring siguen llegando (como la anunciada por Amazon Web Services por 5,000 millones de dólares para localizarse en Querétaro), pero conforme se acerque el día de la elección presidencial y no haya claridad en las propuestas de gobierno de los candidatos para aprovechar el nearshoring, se podrían desincentivar o pausar las inversiones. Escenarios más complejos podrían presentarse a la hora de anunciar a un ganador, como la victoria abrumadora de un candidato y su partido en el Congreso o que exista un conflicto post-electoral derivado de una elección muy cerrada.
Los candidatos presidenciales Jorge Álvarez Maynez, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheimbaum, reconocen al nearshoring y han señalado que será una prioridad de su gobierno, pero aún no han hecho una propuesta concreta. Los tres han emitido declaraciones cargadas de retórica en torno al tema, pero ninguna estrategia para aprovechar esta oportunidad.
Conforme evolucionen las campañas electorales, esperamos escuchar propuestas sobre los asuntos críticos que México debe resolver para aprovechar el nearshoring. Como lo señaló Jesús Herrera Casso, presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior Noreste (COMCE): “es necesaria una política industrial integral que aborde los aspectos fiscales, de infraestructura, laborales y de capacitación de mano de obra, y que los incentivos a las empresas estén alineados”.
Pero, más allá de sus propuestas de gobierno, cada candidato, debe estar consciente y familiarizado con los retos que implica el nearshoring:
Impulsar la inversión en infraestructura
Existen muchos asuntos críticos pendientes por resolver para atraer el nearshoring, pero habrá que focalizarse en el agua y la política energética.
- Agua.- Diseñar un plan hídrico nacional que garantice el suministro de agua a las industrias y población.
- Energía.- Desarrollar una política energética sustentable, es decir, inversión pública y privada en infraestructura eléctrica con baja huella de carbono, en las redes eléctricas (transmisión y distribución), y en la expansión de la red de gasoductos, además del desarrollo de una política de almacenamiento de gas natural.
Otro asunto crítico, no menos importante, es el desarrollo de infraestructura necesaria en regiones industrialmente menos desarrolladas, pero con potencial para crecer. Un gran acierto de la administración actual es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Pero ¿qué acciones específicas se impulsarían para dar continuidad al proyecto?
Garantizar el Estado de Derecho
El clima de inseguridad en todo el país impacta a las empresas. Es un tema que preocupa cada vez más a los inversionistas.
¿Habrá un cambio en la estrategia actual del gobierno respecto del combate al narcotráfico? La pregunta es válida para los tres candidatos presidenciales, no solo para la candidata del partido actualmente en el poder. No es una tarea menor, cuando hemos visto que administraciones pasadas también erraron en sus estrategias.
Gestionar las relaciones bilaterales con Estados Unidos
2025 será un año definitorio para los presidentes de Estados Unidos y México en la consolidación del nearshoring (en estados sureños de Estados Unidos también están llegando inversiones de Asia consideradas como reshoring). La relocalización de las cadenas productivas se intensificará, pero el proteccionismo aumentará, independientemente de que gane el candidato demócrata o el republicano.
Además, temas sensibles de la agenda bilateral México – Estados Unidos, como el narcotráfico y la política migratoria servirán de moneda de cambio para presionar sobre la relación comercial (como ya sucedió con la “amenaza” de Donald Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos si México no atendía el problema migratorio).
Resolver las controversias del T-Mec en temas laborales y energéticos
En 2026, se revisará el T-Mec, lo que implica que cada país tendrá que preparar los temas que va a poner sobre la mesa para su discusión. México tendrá mucho que explicar sobre sus avances en los temas laborales (reforma laboral, salarios, democracia sindical, etc.) y energéticos (¿México continuará con una política energética “nacionalista”?, ¿Se impulsarán las energías verdes?).
Aunque el T-Mec se someterá a revisión y no a renegociación, México se enfrentará a presiones de sus socios comerciales, especialmente de Estados Unidos, si Donald Trump es elegido presidente.
Dar continuidad al legado de Andrés Manuel López Obrador o…
Todo puede suceder. Conforme vaya avanzando la campaña electoral, el gobierno federal podrá establecer nuevos decretos, como el ferroviario, que da prioridad al transporte de pasajeros sobre el de mercancías, o nuevas órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador como pedir al Ejército que se encargue del mantenimiento de las carreteras.
Además, habrá que tomar en cuenta que el presidente envió al Poder Legislativo, una serie de iniciativas de reforma constitucional que tendrán que ser consideradas, revisadas o modificadas, según la visión del nuevo presidente y la conformación del nuevo Poder Legislativo:
- En materia energética (devolver a la Comisión Federal de Electricidad su carácter de empresa pública estratégica),
- De agua para uso industrial (respetar las zonas con escasez de agua y sólo otorgar concesiones para uso doméstico)
- De vías férreas (utilizar los 18 mil kilómetros de vías para trenes de pasajeros excluyendo a los de carga)
- Eliminar los organismos autónomos (como el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica).
Estas iniciativas de ley difícilmente se aprobarán en la administración del presidente López Obrador, porque actualmente no tiene el respaldo de la mayoría calificada en el Congreso. Sin embargo, el panorama podría cambiar a partir de que se renueve la totalidad de los diputados federales y senadores en las elecciones del próximo 2 de junio, y entren en función a partir del 1 de septiembre.
Gane quien gane, vienen tiempos de incertidumbre política para el resto del año, lo que podría impactar en lo económico y el clima de negocios, especialmente en el ánimo de los inversionistas.
¿Cuál de los tres candidatos presidenciales consideras que está mejor preparado para aprovechar el nearshoring?