¿El nearshoring es para todo México?…
La construcción de la gigafábrica 6 de Tesla en Nuevo León, aún no tiene fecha de arranque. Elon Musk afirmó a fines de 2023 que la planta en México será la segunda línea de un nuevo vehículo eléctrico de bajo costo, pero el proyecto “tomará mucho tiempo”. Mientras tanto, este nuevo producto de la empresa comenzará a producirse en su gigafábrica de Austin, Texas.
En octubre de 2023, Tesla solicitó al gobierno de Nuevo León construir infraestructura eléctrica, hidráulica, vial y ferroviaria para que la gigafábrica se empiece a edificar con el pie derecho.
La planta de Tesla en México no se debe propiamente al nearshoring (no es un tema de relocalización de cadenas productivas), pero si da una idea de lo que cualquier empresa requiere para su instalación en el país.
Una inversión de la dimensión de Tesla en México requiere de meses de investigación y un cuidadoso análisis comparativo sobre las ventajas y beneficios que ofrece el país frente a otras naciones: cadena de suministro, energía, agua para uso industrial, mano de obra calificada, salarios, sindicatos, infraestructura, comunicaciones, entorno regulatorio, tratados de libre comercio, estabilidad política y económica, entre otros.
Estos proyectos, con grandes inversiones, se manejan con cierto nivel de confidencialidad mientras se explora el territorio para asegurar apoyos clave, principalmente de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Es un trabajo propio de expertos en asuntos públicos. El primer paso es definir dónde se localizará la inversión, para lo que se requieren estudios de intervención regional.
El norte de México podría ser el destino natural para recibir inversiones derivadas del nearshoring por razones geográficas y de desarrollo económico e industrial. Actualmente, es una realidad que las principales cadenas productivas de Norteamérica se integran en la frontera México – Estados Unidos: Baja California – California; Arizona – Sonora; Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León – Texas. Pero otras regiones ofrecen diferentes ventajas y beneficios que deben considerarse.
La región norte
Las inversiones que llegarían atraídas por el nearshoring no se distribuirán de igual manera por la zona norte, bajío y centro, donde mayormente se concentra el sector manufacturero. De acuerdo con GBM/CBRE Data e INDEX, durante 2022, el 99% de la reubicación de centros de producción en México fue captado por 13 estados; el 50% se instaló en Nuevo León, seguido de Ciudad de México (7%), Coahuila (7%) y Guanajuato (3%).
Nuevo León es el estado mejor preparado para las inversiones del nearshoring debido a su cercanía con Estados Unidos, su potencial de desarrollo económico (es la entidad con mayor actividad manufacturera y la segunda mayor economía del país al generar 7.6 del PIB nacional), y está entre los tres primeros lugares del Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2023, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Junto con Nuevo León, Chihuahua y Coahuila son los estados que encabezan los tres primeros lugares del Índice de Desarrollo Industrial (IDI) 2023, debido a una combinación de factores como su alta participación en el mercado inmobiliario industrial, su liderazgo en el PIB industrial, exportaciones de manufactura y atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).
Actualmente, no se tiene realmente claro cuáles inversiones en México son derivadas del nearshoring porque la métrica de la Inversión Extranjera Directa no es precisamente un indicador que lo determine. Sin embargo, de acuerdo con el Monitor de Inversiones de Deloitte, de 2021 a septiembre de 2023, suman 100 proyectos de empresas atraídas por el nearshoring, con una inversión aproximada de 33 mil millones de dólares, localizadas en Nuevo León, Coahuila, Guanajuato, Jalisco y la Ciudad de México.
Esto demuestra que gran parte del trabajo para atraer inversiones les corresponde a los gobiernos estatales, y no solo al gobierno federal que básicamente se ha concentrado en ofrecer incentivos fiscales.
Baja California, por ejemplo, está haciendo esfuerzos por consolidar la presencia de la industria aeroespacial (actualmente la primera en el país), a través de organismos promotores de inversiones (integrados por el gobierno y la iniciativa privada) como Mexicali EDC y Tijuana EDC, así como estrategias para atraer empresas de tecnología de California, como la instalación de una oficina de representación del gobierno en Silicon Valley.
Mirando al sur y sureste
El gobierno mexicano pretende que las inversiones derivadas del nearshoring abarquen todo el territorio nacional. Por ello, trabaja en la consolidación del Corredor Interoceánico del Itsmo de Tehuantepec (CIIT), que conectará el Golfo de México con el Océano Pacífico a través de vías férreas, carreteras, parques industriales e interconexiones con puertos. Al unir a los puertos de Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz, junto con los 12 parques industriales que se instalarán en esta región, aumentará el potencial para atraer las inversiones.
El CIIT podría posicionarse como una mejor opción que el Canal de Panamá para facilitar la logística y cruce de mercancías entre el Pacífico y el Atlántico, debido a que actualmente enfrenta la problemática de que los embalses que alimentan con agua dulce al canal se están secando por la falta de lluvias provocando que el tránsito de buques internacionales se ralentice.
Los clústeres industriales
No solamente se trata de cuál de los estados o regiones de México están mejor preparados en términos de infraestructura y qué tan desarrollado industrialmente se encuentran. Se requieren además esfuerzos de responsabilidad compartida, es decir, la generación de esquemas tripartitas de cooperación entre empresas, academia y gobierno para que cada sector industrial interesado en desarrollarse en cierta región cuente con cadenas productivas eficientes.
La conformación de clústeres industriales con integrantes de las tres partes es cómo se podrá brindar una solución para la especialización de mano de obra calificada, impulso a la proveeduría local y aprovechamiento de nuevas tecnologías. Bajo este modelo de clusterización, se podrá atraer inversiones, generar empleos e innovación, pero, sobre todo, desarrollo económico de la región.
Gracias al TLC y ahora el T-Mec, existen cuatro grandes sectores industriales que han tenido la capacidad de desarrollarse en la región de Norteamérica: autopartes, producción de vehículos ligeros, aeroespacial y dispositivos médicos. Con el nearshoring, otros sectores industriales podrían desarrollarse o consolidarse, aprovechando las capacidades de cada país, donde México manufacture bienes de alto valor agregado, Estados Unidos desarrolle tecnología, y Canadá produzca bienes primarios. Así, México, especializado en la manufactura de bienes, necesita consolidar este tipo de cooperación de responsabilidad compartida o clusterización para ofrecer el paquete completo en la integración de las cadenas productivas.
El inicio de la construcción de la planta de Tesla en Nuevo León aun es incierto, abre interrogantes. ¿Qué factores político-económicos, regulatorios o de infraestructura estará considerando el equipo de Elon Musk? Así, como en el caso de Tesla, puede haber diversas empresas atraídas por el nearshoring con el mismo dilema.
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