Nearshoring, de la crisis a la oportunidad
La tendencia del nearshoring surgió de una crisis, o de varias. Toda crisis, representa una oportunidad para quién sabe identificarla en medio del caos. El nearshoring y otras tendencias comerciales, son resultado de diversos eventos críticos que han ido reconfigurado el escenario político, económico y comercial a nivel mundial.
Guerra comercial entre Estados Unidos y China
Quién no recuerda el slogan de compaña de Donald Trump de 2016: “Make America great again” (Haz a los Estados Unidos Grande otra vez). Donald Trump transformó este slogan en una política proteccionista cuando asumió la presidencia -y que continuó con el presidente Joe Biden-, que implica la imposición de aranceles a las importaciones chinas a Estados Unidos, así como restringir las inversiones estadounidenses en ese país. Como resultado de esta política, surgieron tres tendencias: a) el regreso de las inversiones a Estados Unidos (reshoring); b) la relocalización de las inversiones en países “amigables” (friendshoring); y c) la relocalización de las inversiones hacia países cercanos geográficamente a Estados Unidos, como México (nearshoring).
“Make America great again” también impactó a México, donde temas de la agenda bilateral con Estados Unidos, como la migración y el narcotráfico, fueron moneda de cambio para “negociar” la firma del nuevo tratado comercial, el T-Mec bajo las condiciones de Donald Trump.
Covid-19, la crisis de las cadenas de suministros
En 2020, el cierre de fronteras a nivel mundial a raíz de la pandemia de Covid-19, generó la interrupción de las cadenas de suministro. En abril de ese año, el gobierno mexicano no cerró fronteras, pero estableció criterios para determinar actividades económicas esenciales y no esenciales, lo que implicó el cierre temporal de muchas empresas que formaban parte de las cadenas productivas integradas en Norteamérica. Empresas y organismos empresariales, y hasta funcionarios de Estados Unidos, emprendieron diversas acciones a través de negociaciones y de los medios para convencer al gobierno de México de la necesidad de armonizar las cadenas productivas (una condición intrínseca del nearshoring) para reabrir gradualmente todas las actividades económicas. Finalmente, esto se logró, abriendo la oportunidad para empresas de relocalizarse en México.
Conforme se fue normalizando la crisis de las cadenas de suministro, el nearshoring se fortaleció como tendencia, centros de producción provenientes de Asia se empezaron a relocalizar en países más cercanos a Estados Unidos, como México, a pesar de los diversos asuntos críticos que nuestro país tiene que resolver.
¿México está aprovechando la oportunidad del nearshoring?
Analistas económicos y organismos internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), proyectan inversiones del nearshoring para México por encima de los 35 mil millones de dólares para los próximos años.
Pero, el nearshoring parece más una narrativa que una realidad. Es cierto que a pesar de los asuntos críticos que México enfrenta (agua, energía, certeza jurídica, etc.), siguen llegando las inversiones del nearshoring. Sin embargo, aún no se ven reflejadas en la Inversión Extranjera Directa (IED).
De acuerdo con la Secretaría de Economía, durante 2023 se registraron 4,817 millones de dólares por nuevas inversiones (es decir las que podrían ser derivadas del nearshoring), lo que representó 13% del total de la IED captada en el año. En contraste, las reinversiones de empresas extranjeras ya establecidas en México representaron 74% (equivalentes a 26,630 mdd) de la IED en el mismo periodo.
En este contexto, existe el riesgo de que el nearshoring no sea aprovechado debidamente. Todo depende de las políticas públicas que impulse el próximo presidente.
¿Qué está pasando? ¿Los inversionistas están a la expectativa del futuro político económico de México para tomar decisiones? Es un factor importante, aunque no es el único. Como ejemplo, por alguna razón que se desconoce hasta ahora, Tesla aún no inicia los trabajos para su instalación en Nuevo León. Mientras, la giga fábrica de la misma empresa ya se instaló en Austin, Texas. Esto envía malas señales a su posible cadena de suministro, o peor aún, a otras posibles mega inversiones en México.
Los candidatos presidenciales
Los candidatos presidenciales tienen el diagnóstico, saben lo que se tiene que hacer para atraer inversiones del nearshoring, así lo han expresado en reuniones con organismos empresariales o en los tres debates que tuvieron. Lo que no tienen es el cómo, es decir, una estrategia integral, o al menos no la han hecho pública.
El problema de los candidatos presidenciales está en que tienen limitaciones. Una presidenta que dará continuidad al legado de su antecesor, es decir, a la política energética “nacionalista” u orientada a priorizar las energías fósiles sobre las renovables, no es una buena señal para los inversionistas; tampoco lo es una presidenta sin las suficientes habilidades políticas y diplomáticas para enfrentar una agresiva política comercial (proteccionista) por parte de Estados Unidos.
Reforma fiscal, el primer gran reto del nearshoring
Se necesita recaudar más para destinar los recursos a la infraestructura necesaria (carreteras, puertos, telecomunicaciones, etc.) para atraer las inversiones del nearshoring.
En este contexto, el primer gran reto del nuevo Congreso mexicano (Senado y Cámara de Diputados) que entrará en funciones a partir del 1 de septiembre de 2024 (antes de la toma de posesión del próximo presidente de México) es la discusión y aprobación de la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos.
Una reforma fiscal insuficiente que no tenga como objetivos una mayor recaudación, que no ofrezca incentivos fiscales para atraer inversiones del nearshoring, o que no considere la adhesión de nuevos contribuyentes (de la economía informal), será más perjudicial que un beneficio para la atracción de inversiones.
Las otras reformas constitucionales
Si Morena, el partido de la candidata puntera, obtiene la mayoría calificada en el Congreso (dos terceras partes), se podrían aprobar reformas constitucionales pendientes que afectarían el clima de negocios. Aunque esto es poco probable (las condiciones en las que ganó la mayoría relativa en el Congreso en 2018 no son las mismas en 2024), Morena tiene la tarea de impulsar reformas constitucionales, en materia energética, de agua para uso industrial, de vías férreas y hasta eliminar organismos autónomos reguladores como el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica, para dar continuidad al legado del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un partido con mayoría calificada en el Congreso dejaría poco espacio para la negociación, para que la iniciativa privada participe activamente en la construcción de políticas públicas orientadas a aprovechar óptimamente el nearshoring.
¿Nuevas crisis?
¿Cómo pueden las empresas enfrentar nuevas crisis como interrupciones en su cadena de suministros derivadas de las decisiones político-comerciales de un país o de otro? ¿Qué retos representarían las políticas del próximo presidente de México para las empresas que pretendan instalarse en México?
Las empresas deben estar conscientes de que la interrupción de sus cadenas de suministro puede volver a suceder bajo cualquier circunstancia ajena a sus operaciones, por lo que deben estar preparadas.
Muchas crisis avisan. Evitarlas no solo es el hecho de enfrentar los problemas inherentes a las operaciones de la empresa, sino estar alertas y atender los asuntos públicos que representan un cambio de gobierno, nuevas regulaciones, decretos o reformas de leyes que impactan a determinado sector económico.
¿Las empresas y sus organismos empresariales que las representan están preparados para recibir al nuevo gobierno y a un nuevo Congreso?