Cambiar o Morir
¿Cómo acelerar el cambio para adaptarse a la nueva realidad?
La nueva realidad nos obliga cambiar sí o sí, las empresas se adaptan o mueren. El mundo cambió, de eso no hay duda, pero nuestro mundo inmediato cambió aún más. La pandemia del Covid nos ha obligado a adaptarnos a una nueva realidad en todos los aspectos de nuestra vida personal, profesional y social. De un día para otro nuestra forma cotidiana de trabajar, socializar, comprar, aprender, etc. se tuvo que adaptar a un nuevo entorno de distanciamiento social. Es muy posible, que durante muchos años esta crisis que atravesamos sea referencia del antes y después de la sociedad contemporánea.
Ante este escenario de incertidumbre y desolación, hemos visto como las empresas han tenido que adaptarse velozmente para enfrentar la nueva realidad. Las empresas que no lo hicieron simplemente murieron, otras más, aún agonizan. Este artículo puede ser de utilidad para aquellas empresas que se esmeran por no desaparecer.
Es famosa la frase de Heráclito: “lo único constante es el cambio”. Sin embargo, pocas organizaciones están dispuestas a cambiar, ya sea porque les costó mucho trabajo llegar a donde actualmente se encuentran y se sienten cómodas o simplemente porque no saben por dónde empezar.
Charles Darwin, en su teoría sobre la evolución señala que “las especies que sobreviven no son las más grandes ni las más fuertes ni siquiera las más inteligentes o las que cambian o mejoran rápido; no, son las que se adaptan mejor”. Lo mismo sucede con las organizaciones.
La historia está llena de ejemplos de poderosas empresas, bien posicionadas, líderes en su ramo que no lograron sobrevivir al cambio, simplemente no supieron adaptarse. Vivimos en un mundo que no se detiene, el cambio es una constante, sin embargo, cambiar por cambiar, no es suficiente, quizá es más importante tener conciencia clara de porqué existimos, ya que el fin último es adaptarse a las condiciones del entorno. Las empresas que sobreviven son las que se adaptan mejor.
John Phillip Kotter en su libro Acelerar (Acelerar, Edit. Conecta, 2016) cita al antropólogo inglés y profesor de la Universidad de Columbia, Simon Sinek, quien señala que la mayoría de las empresas tienen claro a qué se dedican o qué hacen, inclusive algunas tienen conciencia de cómo lo hacen. Sin embargo, pocas empresas saben el porqué hacen lo que hacen. Es decir, únicamente las empresas exitosas se preguntan primero por qué existen y cuál es su función en la sociedad. Las empresas y las personas que han cambiado al mundo tienen algo en común, actúan pensando en el motivo final de sus actos.
El cambio social ha sido tan vertiginoso, que muchas empresas no tuvieron tiempo de reaccionar, otras más vieron venir los cambios y aguantaron con la esperanza de que solo fuera una crisis pasajera, pero no, el cambio es real y está aquí. El nuevo escenario social que nos deja el Covid, las nuevas ideas e iniciativas, el avance tecnológico, las nuevas pautas de convivencia social, la competencia entre empresas por sobrevivir y sacar ventaja competitiva nos empuja como emprendedores y empresarios a un proceso de cambio continuo.
Lo importante es empezar ya, salir del pasmo y olvidarse de que los tiempos pasados fueron mejores, el presente nos llama a la acción y el futuro se construye día a día con un objetivo claro y pequeñas acciones constantes. En su libro Acelerar, Kotter nos plantea 8 aceleradores, entendidos como acciones estratégicas para que las lleves a cabo en tu negocio, sea del tamaño que sea, a fin de que logres adaptarlo a un mundo que cambia aceleradamente.
Kotter plantea que los líderes dentro de las empresas deben fomentar una idea de urgencia en los demás, alinear la energía y las prioridades de sus equipos al nuevo entorno para poder brindar servicios y productos acordes a las necesidades actuales. A ese proceso de adaptación, Kotter lo llama -la gran oportunidad-.
Reflexionemos sobre estos 8 aceleradores que nos propone Kotter:
Primero
Crear sentido de urgencia.
Para iniciar un cambio se debe desear y fomentar un sentido de urgencia. Esto nos motivará para emprender la travesía hacia un cambio exitoso. El primer paso casi siempre empieza respondiendo 3 sencillas preguntas: qué, cómo y porqué.
Segundo
Formar el equipo de cambio
Es importante convencer de que el cambio es necesario, mediante el liderazgo y soporte de las personas clave de la organización. Proponer un cambio no es suficiente, se debe dirigir eficientemente hacia el objetivo deseado, por lo tanto, es imprescindible identificar a los líderes de cambio por toda la organización, éstos no necesariamente se encuentran en la línea jerárquica.
Tercero
Crear la visión
Al iniciar un proceso de cambio se plantearán muchas ideas y soluciones, también dudas y miedos. Después de hacer un cuidadoso análisis, seleccionaremos algunas ideas y descartaremos otras para desarrollar una visión global en la que todos los colaboradores se sientan involucrados. Es primordial que esta visión se recuerde fácilmente. Una visión clara, breve y bien definida facilita que todos los miembros de la organización conozcan cuál es su función y qué se espera de cada uno.
Cuarto
Comunicar la visión
Las acciones que hacemos después de haber creado la visión es lo que determina el éxito. La comunicación diaria nos ayuda a transmitir por qué es importante lo que estamos haciendo y marcar los avances para mantener motivado al equipo de cambio. Comunicar y establecer canales de comunicación es muy importante para evitar distracciones que nos aparten de nuestra visión y resolver los problemas oportunamente. Nunca debemos olvidar que lo que hacemos es más importante que lo que decimos.
Quinto
Superar los obstáculos
No hay cambio sin problemas, el camino al éxito nunca estará libre de obstáculos. Los problemas son necesarios, nos retan y vuelven a los equipos de trabajo flexibles, creativos y colaborativos, permiten identificar aspectos que no habíamos considerado en un principio y corregir el rumbo en caso de ser necesario. Es importante tener en cuenta cómo gestionamos los problemas. Los obstáculos no son fracasos, son oportunidades para corregir y avanzar. Si mantenemos la visión establecida desde el principio, cada vez que se supera un obstáculo el equipo se motiva y avanza más rápido en la dirección correcta.
Sexto
Asegurar éxitos a corto plazo
Pequeñas victorias todos los días. Avanzar en la dirección correcta con resultados medibles y visibles siempre será un aliciente para el equipo de trabajo, nada motiva más que prosperar en una etapa del proceso, nos hace sentir que nuestro esfuerzo y trabajo no ha sido en vano.
Séptimo
Crecer sobre el cambio ya generado
Muchos procesos de cambio fallan debido a que aceleramos los cambios impulsivamente, ya sea por presiones internas, externas o ambas, esto solo nos llevará a un desgaste rápido y declarar acabado el proceso de cambio prematuramente, condenándolo al fracaso. El cambio efectivo debe ser profundo para que sea permanente. Cada éxito proporciona una oportunidad para crecer, potenciando lo que ha ido bien y eliminando lo que nos detiene u obstaculiza.
Octavo
Fijar el cambio en la cultura corporativa
No hay cambio verdadero si éste no forma parte de la cultura corporativa. Todos los miembros deben estar consientes de que la organización está en un proceso de cambio de la cual surgirá una empresa renovada y más fuerte, lista para enfrentar lo que la nueva realidad demanda. No puede haber cambio verdadero con una estructura organizacional anquilosada. Cuando se emprende un proceso de cambio se debe trabajar continuamente para fomentar nuevos hábitos organizacionales acordes a nuestra visión global para garantizar que el cambio se vea en cada aspecto de la organización.
¡La decisión es tuya, cambiar o morir!